No han sido pocas las veces que me han preguntado el los últimos años qué he estudiado para hacer lo que hago, en una suerte de búsqueda de la pócima mágica que te convierte en un buen entrenador. No es de extrañar que en la mayoría de las ocasiones mi respuesta, al no ser lo que se espera, defraude. Y es que no hay una fórmula lineal y cuadriculada que consiga este objetivo.
No seas como tantos escritores, no seas como tantos miles de personas que se llaman a sí mismos escritores, no seas soso y aburrido y pretencioso, no te consumas en tu amor propio. Las bibliotecas del mundo bostezan hasta dormirse con esa gente. No seas uno de ellos. No lo hagas.
– Charles Bukowski
En las próximas líneas resumo en seis apartados mi mejor intento de explicar la transversalidad de habilidades y puntos clave del aprendizaje que considero imprescindibles para ser un buen entrenador. Allá vamos.
Ética y compromisos previos
La primera reflexión es entender lo que supone emprender en la profesión de entrenador: ¿qué costes económicos estas dispuesto a asumir?, ¿cuántos años de formación dedicándole horas de estudio?, ¿cuántas frustraciones e inseguridades estas dispuesto a afrontar?
Esto son solo ejemplos para explicar que el camino no va a ser fácil, por lo que la remuneración de afrontar el proceso no puede ser pequeña. El proceso de aprendizaje debe ser gratificante en sí mismo de cara a sobrevivir; si todo el aliciente que te mueve es ganar dinero el día de mañana, casi con total probabilidad será un proceso frustrante que resulte en fracaso a medio o largo plazo, o en el mejor de los escenarios quizás te haga ganar dinero, pero desde luego no te hará un profesional cualificado. La otra parte de la película que no te han contado es que cuando emprendes una profesión con ánimo de vivir de ella, probablemente le dediques un buen número de horas cada día durante los próximos 40 años.
A pesar del baño que te acabo de pegar, no todo es negro, hay una sencilla solución (pero no fácil) a todo esto: obsesiónate con ello, obsesiónate con cambiar el mundo y lánzate a ello. Elígelo como tu herramienta transformadora; este camino debe ser un propósito que genere un valor añadido al mundo. Entiende que nadie que tú idolatres y haya hecho algo trascendente en este mundo lo ha logrado sin esta parte de la ecuación; el secreto del éxito es la obsesión con la consecución de tu objetivo, si tu objetivo te trasciende y tiene el potencial de crear un mundo mejor.
Estudio multidisciplinar
Una vez aclarados los principios morales, hay que abordar el aprendizaje de las materias que vas a necesitar dominar para ser un buen entrenador. Una opción son los estudios reglados relacionados con la educación física: ciclos formativos, grados universitarios, estudios de máster, etc.
No infravaloremos lo que nos pueden aportar, ya que ofrecen orden en la fase inicial del proceso de aprendizaje y sirven como buen punto de partida. También hay que recalcar que una buena parte de la carga lectiva de estos cursos tiene poca o ninguna aplicación al sector del entrenamiento, por lo que recomiendo valorar bien si el coste os merece la pena. En el ámbito privado hay innumerables cursos y formaciones que también pueden ser interesantes y, como no, podemos encontrar muchísima información en libros y en la red. En resumidas cuentas, fórmate.
Los contenidos principales en los que te debes sumergir son los siguientes:
- Fisiología
- Biomecánica
- Metodología y planificación
Estudia cada rama, porque todo se interconecta, y casi tan importante es la neurofisiología como la histología del tejido conectivo, o la fisiología de la contracción muscular. Para concluir este apartado quiero que abraces la idea de que nunca vas a estar lo suficientemente preparado (con el estudio sube tu nivel, pero también tus expectativas), asume que la formación empieza ayer y acaba el día que te bajes de este tren. Como aporte a este tema os dejo unos enlaces a nuestro podcast y al hilo de artículos sobre entrenamiento y salud.
Aprende campos de sinergia
Hay campos de estudio que se tocan y conectan en varios puntos que no podemos dejar de lado; tanto el mundo de la fisioterapia como el ámbito de la nutrición son coplanares al entrenamiento, por lo que estamos obligados a formarnos y entender que todo es un continuo y que aprender de estas dos ramas nos mejora como profesionales. Con esto no quiero decir que debamos dedicarnos a prescribir en nombre de la fisioterapia o la nutrición, pero sí tener un conocimiento lo más amplio posible; el concepto separado de las tres ramas es una clasificación que no corresponde con la realidad interconectada de estas tres disciplinas.
La habilidad de ser tu propio jefe
Este apartado no está relacionado de manera intrínseca con el mundo del entrenamiento, pero sí que es verdad que muchos de los que abordéis esta profesión lo haréis como autónomos. Para todos los que estéis en esta situación, este apartado es tan importante como los demás.
Puedes ser un gran profesional, pero si no eres capaz de gestionar tu negocio o de hacerle llegar al público tu producto estás fuera. Es algo que para bien o para mal hay que cuidar.
Empieza ayer a trabajar
Como ya dije antes nunca te vas a sentir lo suficientemente preparado, siempre es posible hacerlo mejor y, pese a las ventajas que pueda tener este mensaje, también es el culpable de posponer eternamente el momento de ponerse a trabajar.
Estudiar es imprescindible, pero trabaja desde ayer; cuanto antes, empieza aplicando los conceptos a la práctica, ya sea contigo, amigos o familiares. Consigue hacer prácticas, trabaja por cuatro duros, mueve ese culo y aplica, al final este será el mejor de los aprendizajes. Recuerda, hacer de entrenador es el set más directo para mejorar como entrenador.
Ten un mentor
En pos de acelerar este dilatado proceso recomiendo encarecidamente no transitarlo solo; ten un mentor, o mejor, varios. Que no te engañe el ego, tener a mano a gente preparada que esté en el escenario que tú pretendes alcanzar es una gran herramienta de formación; los mejores se rodean de gente de la que puedan aprender.
Artículo escrito por Pablo Vázquez Arillo, Junio 2018.