Hoy os quería hablar de una de las herramientas, o técnicas, más poderosas para poder mejorar en cualquier tipo de entrenamiento que realicemos. Y esta es la planificación. La falta de la misma es un error muy común entre los principiantes, pero también entre los practicantes avanzados, que se creen con la capacidad suficiente de improvisar de forma habitual en su entrenamiento.
Yo mismo he pecado de esto en varias ocasiones, y es por eso que quiero compartir con vosotros lo que he aprendido a lo largo de estos años. Cuando comencé a entrenar, me planificaba los entrenamientos. Pero llegó un momento en el cual decidí que era lo suficientemente bueno como para abordar cada entrenamiento conforme me sintiera ese día. Error. Era el ego que me guiaba, y terminé perdiendo unos cuantos meses en los que no mejore todo lo que podría y mi motivación cayó por los suelos.
Vamos primero a revisar los beneficios que nos aporta el tener una buena planificación y después abordaremos cómo aplicarla al entrenamiento.
Planificación Beneficios
Mayor cantidad de trabajo
Generalmente, cuando planificas tu entrenamiento a priori tiendes a sobreestimar tus capacidades. En otros escenarios esto puede ser un problema, sin embargo, aquí juega un papel beneficioso ya que así nos obligamos a esforzarnos al máximo.
Si llegas al entrenamiento sin tener claro qué debes hacer, lo más probable es que en el momento que tienes que decidir si hacer 7 o 12 series, te decantes por 7. Dado que estarás cansado y pensarás que ya es suficiente. Si te hubieses sentado previamente a escribir ese mismo entrenamiento habrías dicho: quiero hacer 12 series y ni te habrías planteado parar en la séptima.
Optimización del tiempo invertido
Esta es una regla muy sencilla del trabajo concentrado (Deep Work): cada tarea debe realizarse por separado y de la forma lo más concentrada posible. En el caso que nos atañe, si tienes que estar pensando en programar a la par que entrenas, seguramente no harás bien ninguna de las dos.
Siéntate y programa con antelación qué tienes que hacer en la sesión. Así, cuando llegue, sabrás exactamente cómo calentar, qué ejercicio va después de qué, los tiempos de descanso, los tempos, los pesos, etc. Esto hace queel tiempo entrenando sea mucho más productivo y las sesiones no se alarguen innecesariamente, produciendo también así mayor sensación de satisfacción.
Sensación del trabajo bien hecho
Este es uno de los mayores problemas con los que me encontré cuando entrenaba sin un entrenamiento planificado. Acababa el entrenamiento sin esa sensación de haber cumplido mi objetivo. Mirando en retrospectiva es evidente que no podía tener esa sensación puesto que no había objetivo.
Si no hay objetivo la posibilidad de que des con él aleatoriamente es prácticamente nula.
Si, antes de comenzar tu sesión, sabes qué tienes que conseguir ese día, te esforzarás al máximo para conseguirlo y, cuando lo consigas, tendrás la sensación de haber hecho un buen trabajo y te irás del gimnasio orgulloso de ti mismo por haber cumplido un día más con el propósito que tenías.
Este es uno de los pilares de la proposición de objetivos: Los objetivos tienen que ser lo más específicos y cuantificables posibles. Así podrás avanzar hacia ellos gradualmente y registrar el avance. Esto nos mantendrá motivados y hará que avancemos más rápido, como veremos en el siguiente punto.
Por ejemplo, ¿quién crees que es más proclive a cumplir sus propósitos, alguien que los fórmula como: “me gustaría hacer más yoga” o alguien que dice: ”me comprometo a realizar 3 sesiones de hora y media de yoga a la semana, organizadas los lunes, miércoles y viernes de 7 a 8:30 de la tarde”? Pues lo más probable es que el segundo. El primero no tiene un baremo objetivo con el que cuantificar cuánto es hacer más yoga. Además, el segundo ha bloqueado tiempo de la semana para ello.
Registro y progresión hacia tus objetivos
Si no tienes un objetivo, no podrás avanzar hacia él. Definir claramente qué quieres conseguir y qué pasos vas a dar hacia ello es el primer paso para conseguirlo.
Esto es muy importante porque el sistema dopaminérgico de nuestro cerebro nos recompensa con motivación cuando percibe que progresamos hacia un objetivo que valoramos. Si no tenemos objetivo o los pasos hacia él no están claros, no obtendremos ese feedback motivacional.
Es muy importante pues: primero, definir tus objetivos, segundo cómo los vas a abordar (elaborar un planning de entrenamiento) y tercero, registrar meticulosamente si avanzas hacia ellos o no.
Además. si no tienes un plan no puedes medir el progreso, y, si no puedes medir el progreso, no puedes determinar qué aproximaciones fallan, cuáles funcionan, si es el momento de pasar a la siguiente progresión, de subir peso o de cambiar de ejercicio.
Planificación de tu entrenamiento
Va a parecer una trivialidad los consejos que voy a escribir aquí pero hay tantísima gente que falla en lo más básico en ellos que me veo en la imperiosa necesidad de escribirlo:
- Decide qué objetivos quieres alcanzar (si el objetivo es demasiado grande desglósalo en micro objetivos y abórdalos de forma progresiva)
- Investiga o piensa diferentes aproximación o progresiones hacia ellos. (Nunca nadie nació sabiendo, aprovecha la experiencia de los demás y la maravillosa herramienta que es Internet).
- Con toda la información recabada esboza una primera aproximación a tus objetivos (Seguramente, a medida que avances hacia ellos, aprenderás cosas nuevas y tendrás que cambiar el mapa de ruta).
- Una vez que tienes un esquema a gran escala, diseña específicamente que entrenamientos, o sesiones, debes hacer cada semana para progresar hacia tus objetivos.
- A continuación, realiza las sesiones que te has propuesto realizar adhiriéntdote al plan todo lo posible. Mientras lo haces, lleva un registro de cómo evolucionas.
- Periódicamente, (una vez a la semana, cada dos semanas o una vez al mes) reevalúa en qué punto del mapa te encuentras y si es necesario realizar cambios específicos en el entrenamiento para seguir mejorando.
Con este simple esquema obtenemos una aproximación meticulosa, progresiva y lógica a nuestros objetivos, ya sean deportivos, económicos o personales. Además, dada su estructura cíclica, podemos repetir el proceso tantas veces como deseemos.
La clave del éxtio de la planificación radica en dos elementos fundamentales: Primero, te permite hacer microajustes a medida que avanzamos, permitiéndonos adaptarla constantemente a nuestro progreso. Segundo, te proporciona feedback constante sobre si lo que estás haciendo te orienta hacia tus objetivos o no, y esto mantiene la motivación muy alta.
Conclusiones
La falta de planificación es el motivo principal por el que no se suelen cumplir los objetivos que nos planteamos.Un abordaje secuencial, lógico y planeado de antemano nos permitirá maximizar las posibilidades de éxito a la par que nos mantendrá motivados a seguir entrenando, debido a que podremos cuantificar los progresos que realizamos hacia la meta.
Si estás interesado en que te ayudemos en la consecución de tus objetivos mándanos un email a ensomovers@gmail.com y te ayudaremos a realizar un plan de abordaje para aquellas metas que quieras conseguir.
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