Casi dos años han pasado desde que comenzamos este proyecto de Enso Movers y desde entonces mi perspectiva de lo que es un entrenador y el papel que juega ha ido cambiando. El otro día me encontraba repasando, como hago habitualmente, algunas de mis fuentes para diseñar un programa y me di cuenta de cómo había cambiado mi forma de ver el mismo contenido de siempre, debido a la experiencia que he ganado con estos años entrenando gente.
Mucho había leído respecto a lo que es ser un entrenador personal y cómo «hacerlo bien». Basura. Si estás leyendo esto y tienes en mente entrenar a gente no desperdicies tu tiempo con ese tipo material. Hay cosas que no vas a poder aprender más que por experiencia y autocrítica.
Al principio, pensaba que lo que yo iba a hacer era hacer programas para que la gente progresara más rápido y sin lesiones. Básicamente enseñarles el camino que yo había abierto a machetazos en la selva del conocimiento del entrenamiento. Sin embargo, con el paso del tiempo, me he dado cuenta de que, a veces, el programa es lo de menos; y que los beneficios que obtienen los clientes de contratar mis servicios va mucho más allá.
Un entrenador tiene más experiencia que tú.
El primer beneficio claro es que el entrenador tiene más experiencia que tú. Sin embargo eso no significa que sea un buen entrenador. Un buen entrenador debe tener experiencia y saber compartirla de forma didáctica.
Esto es lo primero que piensa alguien antes de contratar a un entrenador, y es el motivo más evidente para hacerlo. El entrenador ha dedicado muchas horas a estudiar y aplicar diferentes estrategias con mucha gente; por lo tanto te ayudará a alcanzar tus metas de forma más rápida y menos errática.
Me gustaría notar la necesidad de «Jugarse el pellejo» (Skin in the game) para ser un buen entrenador. Hay cosas que no aprendes si no las has vivido. No creo que un entrenador deba mantener un nivel alto de rendimiento en todas las etapas de su carrera, pero sí que creo que en algún momento tiene que haber trabajado a un nivel alto para poder enseñar. Personalmente no enseñamos nada que no seamos o hayamos sido capaces de hacer.
Un entrenador te empuja más allá de donde crees que puedes llegar.
Generalmente, cuando nos auto-entrenamos, solemos minusvalorar nuestras capacidades y por tanto nos solemos hacer un programa mucho más ligero de lo que podríamos soportar. Es muy difícil exigirse a uno mismo (y no solo en el ámbito del entrenamiento)
Un buen entrenador, es capaz de conocer tus límites incluso mejor que tú mismo. Eso hace que pueda empujarte más allá de donde crees que puedes llegar, que por supuesto acaba traduciéndose en una mejora más rápida. Pero no solo eso, un buen entrenador también sabe reconocer cuándo te estás pasando y es capaz de decirte: «Quieto parao’, que te vas a lesionar»; a pesar de que tú pienses que puedes hacer más.
Compromiso para con el programa
El hecho de pagar, y tener un programa detallado por escrito de lo que tienes que hacer es uno de los elementos que, con el tiempo, he ido valorando más y más.
Por una parte invertir capital crea una sensación de responsabilidad, de obligación para con el programa de entrenamiento. Ya no es simplemente ir a entrenar. El haber pagado te hace tomártelo en serio, te hace querer sacarle partido y realizar la mayor mejora posible. Eso crea una adherencia al programa que es muy raro ver en individuos que se auto-dirigen el entrenamiento.
Por otro lado, y esto ya lo hemos comentado alguna vez en las RRSS, el tener unos deberes detallados para el día hace que escabullirse cree una sensación de decepción y por tanto los entrenamientos, por muy cansado que estés, los acabes cumpliendo. Es decir: Cuando llegas a casa tras un día de trabajo o universidad, si tienes que ir a entrenar y decidir qué hacer, seguramente acabes realizando un entrenamiento bastante deficiente. Esto es debido a que, como estás cansado, te exiges menos de lo que puedes dar. Por contra, si el programa está hecho cuando estás fresco, o por otra persona (también conocido como: el entrenador), seguramente acabarás dando mucho más de ti. Si diseñas tu programa cuando estás cansado vas a infravalorar tus capacidades. Solamente cuando estás fresco (Física y mentalmente) y tienes experiencia entrenando, eres capaz de empujarte hasta tus límites y organizar un buen entrenamiento.
Un entrenador sabe identificar tus puntos débiles.
¿Sabes ese ejercicio complementario que SABES que deberías hacer, pero que te lo acabas saltando porque es aburrido y con poco atractivo visual? Pues con un entrenador eso no pasa.
Como argumentamos en el post sobre la necesidad de trabajar en tus puntos flacos, la única forma de llegar lejos es trabajar en tus debilidades, para crear una buena base que te permita llegar más alto. Un buen entrenador se debería especializar en eso. Un buen entrenador no te hace hacer lo que te gusta. Te hace hacer lo que necesitas y es capaz de explicarte la importancia de realizar ese trabajo.
Muchas veces también se da el caso de que el cliente no sabe cuál es el punto que falla, aquí es cuando la experienci del entrenador sale a relucir, y te dice «Quieres conseguir X, y tu piensas que te hace falta hacer más Y. Pues bien, no. Te hace falta hacer más Z.»
Un entrenador evita, en la medida de lo posible, el camino errático.
Generalmente, cuando llevas tu propio entrenamiento sueles funcionar a base de investigación, prueba y error (si no sigues este método, deberías). Simplemente, porque no puedes hacer otra cosa.
Esta forma de trabajar es mucho más lenta que confiar en alguien que ya conoce el camino. Sin embargo también es la que más te va a enseñar, pues no solo te hace conocer qué funciona, sino te descubre qué no funciona y por qué. Por lo que entrenar de forma autónoma por alguna temporada puede ser muy beneficioso también. Sin embargo, si tu objetivo es progresar lo más rápido posible y/o fundar una buena base contratar un buen entrenador es una apuesta segura.
Un entrenador es capaz de explicarte las cosas.
Si el entrenador en cuestión es competente, te sabrá explicar el por qué de cada cosa. Y esto tiene relación con lo anterior, si lo que quieres es aprender, un entrenador también te puede proporcionar muchas explicaciones y fuentes.
Ten en cuenta que un entrenador no tiene que saberlo todo tampoco, un signo de sinceridad es que, ante una pregunta, te sepacontestar que no lo sabe. Sin embargo, dado que tiene experiencia en el ámbito, seguramente tendrá unos filtros más elaborados, y por tanto será capaz de obtener mejores respuestas que tú.
Conclusiones
Como hemos visto la importancia de un entrenador va mucho más allá de el mero programa de entrenamiento y debemos evaluar todos estos beneficios a la hora de juzgar si nos vale la pena contratar uno.
También recomiendo encarecidamente investigar todo lo posible al posible entrenador, para asegurarse de que vale la pena y te va a poder aportar todo lo expuesto anteriormente.
En Enso Movers intentamos cumplir con todos lo expuesto anteriormente y por eso trabajamos con un número limitado de clientes e intentamos que nuestro servicio de Online Coaching vaya mucho más allá del mero programa. Nos involucramos en tu progreso y estamos siempre accesibles a través de Telegram para solventar cualquier duda. Si tienes curiosidad sobre cómo es trabajar con nosotros puedes leer las opiniones de nuestros alumnos en el apartado de Testimonios.
¿Cuál es tu experiencia con los programas de entrenamiento que has realizado?¿Qué te gustaría recibir?¿Qué crees que se podría mejorar? Coméntanos lo que opines.
Artículo escrito por Pablo Bañón Pérez en Julio 2018.