¿Vas a tomar magnesio? Shortcut a mis favoritos
Relleno el clásico cubo de magnesio para el agarre y en el envase leo: «apto para consumo humano». Por razones de seguridad alimentaria no espero usar ese cubo como plato, pero ¿qué tipo de magnesio era? ¡Sorprendentemente uno no tan malo!: carbonato de magnesio.
Es probable que estés al tanto de las carencias poblacionales de magnesio; si no lo estás, salta al final del texto y te redirijo a dos buenas entradas sobre el tema. Sin embargo, si te has planteado su uso, debes saber que encontrar un magnesio de buena calidad no es un acto que ocurra por fortuna: requiere de buena absorción (biodisponibilidad), debe contener una dosis terapéutica (suficiente cantidad), bajos o nulos efectos gastrointestinales y hay que tener en cuenta que algunos tienen funciones adicionales según la forma química (¿magnesio con qué?). Cuánto tomar va a depender de tu envergadura, estado fisiológico y propósito.
Bajo estos pretextos, te clasifico de mejor a peor las formas más fáciles de encontrar en el mercado:
Muy buena opción
- Bisglicinato magnesio
- Malato magnesio
- Citrato magnesio
- Treonato magnesio
No está mal, pero podría estar mejor
- Cloruro de magnesio
- Carbonato de magnesio
Mejor evítalo…
- Sulfato de magnesio
- Óxido de magnesio
Las funciones son difíciles de resumir sin perder los matices, pero por orden de aparición, de las mejores opciones: relajante y mejora del sueño, mejora la producción de energía y parece útil para los síntomas de fibromialgia y fatiga crónica, mejora del estreñimiento por aumento de la motilidad intestinal, relativo a la mejora del estado de ánimo y la concentración.
Con todo esto, solo queda preguntarse, ¿irán bien de magnesio los crossfitters?
¿Qué pasa con el magnesio?
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