¿Cuándo fue la última vez que pensaste en tus pies? Sí, esos pequeños héroes que sostienen todo tu peso y te acompañan en cada paso que das. Probablemente no les prestamos la atención que merecen, y eso es un error que tarde o temprano nos pasa factura.
Nuestros pies son auténticas obras maestras. Con 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100 músculos, ligamentos y tendones, están diseñados para ser fuertes, móviles y estables. Y aun así, los hemos condenado a un papel secundario en nuestra vida. Entre pasar horas encerrados en zapatos rígidos y caminar siempre sobre superficies planas y duras, los pies han perdido mucha de su funcionalidad natural.
Lo que no solemos considerar es que todo lo que ocurre en los pies afecta al resto del cuerpo. Si tu base no está firme, lo demás se tambalea. Y aquí está el problema: pies débiles o desalineados pueden ser el origen de molestias en las rodillas, caderas o incluso la espalda. Todo empieza desde abajo. Piensa en los pies como en los cimientos de una casa. Si los cimientos son sólidos, todo lo demás tiene una mejor oportunidad de mantenerse en pie.
Por supuesto, esto no significa que ahora tengas que obsesionarte con ellos, pero quizás sea momento de prestarles un poco más de atención. Al fin y al cabo, los pies son los que hacen el trabajo sucio: sostienen nuestro peso, nos mueven y nos conectan con el suelo.
Así que, si llevas tiempo ignorándolos, aquí tienes un pequeño vídeo para empezar a cuidar de la base que soporta todo tu mundo. Tu cuerpo te lo agradecerá.
Álvaro Medina |