En el primer post hablamos sobre los factores que pueden limitarte al hacer una sentadilla profunda y por qué es una capacidad que perdemos (si te lo perdiste, puedes leerlo aquí). Ahora es momento de ver cómo puedes trabajar para recuperarla.
Una de las estrategias que más utilizamos con nuestros clientes es acumular tiempo en esta posición a lo largo del día, buscando que la sentadilla profunda se convierta en una postura cómoda de descanso. Al pasar tiempo en esta posición de manera gradual, ayudamos a que las articulaciones involucradas –tobillo, cadera y rodillas– ganen rango de movimiento. Este proceso puede llevar tiempo, pero es clave para que logres estar en la posición de forma estable y sin molestias.
Para comenzar, te recomiendo que acumules de 5 a 10 minutos al día en esta posición. No necesitas hacerlo todo de una vez: puedes dividirlo en varias sesiones breves a lo largo del día. Con el tiempo, puedes aumentar gradualmente hasta llegar a acumular entre 30 y 40 minutos diarios. Recuerda: la consistencia es más importante que el tiempo de una sola sesión; ¡se trata de construir el hábito!
Así que, si quieres mejorar tu sentadilla profunda, dedica unos minutos al día a practicarla de manera consciente. Verás que, con paciencia y práctica, tu cuerpo irá recordando esta habilidad natural.
Álvaro Medina |