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Complejidad vs. intensidad
Cuando comencé a tomarme en serio el “entrenamiento” (actualmente ésta palabra no termina de gustarme), comencé a plantearme objetivos bastante claros: aumentar mi fuerza en los básicos que conocía. Aquellos básicos del powerlifting, press de banca, peso muerto, sentadillas…
Si bien lo considero de los mejores puntos de partida a la hora de construir una práctica personal de movimiento (esto me gusta más), son considerados básicos en cuanto a complejidad. Esto no quiere decir que sean fáciles de aprender en cualquier contexto, pero una vez que los dominas solo queda aumentar la intensidad, el peso que puedes mover.
En lo personal mi interés por esto cayó bastante. Lo continúo practicando (un básico es un básico y los beneficios y la eficiencia para desarrollar la fuerza de estos ejercicios no tiene comparación), pero la ausencia de complejidad es evidente.
Por otra parte (y no por ello es excluyente), existe otra forma de dificultar la práctica más allá de aumentar el peso que movemos y es aumentar la complejidad de cómo nos movemos. Puedes añadir un disco más a ese press militar para llegar a los 80 kg, pero también puedes usar una progresión que te acerque a hacer una flexión de pino; subir 1 kg más en el press de banca o también ser capaz de sostener tu cuerpo flotando en forma de una Planche.
Si vas a dedicar horas de tu semana a entrenar, elige bien: ¿solo quieres aprender a mover discos o quieres aprender a mover mejor tu cuerpo? |
