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Hace ya unos cuatro años que empecé a practicar jiu-jitsu brasileño. Ahora que estoy cerca del cinturón marrón, me apetecía compartir algunas reflexiones sobre esta disciplina que me tiene tan enganchado: por qué creo que vale la pena practicarlo y cómo progresar en él sin perder la cabeza (ni una articulación).
Lo primero que me atrapó del BJJ fue la cantidad de habilidades distintas que puedes desarrollar. A diferencia de otros deportes de contacto con repertorios más limitados (como el boxeo), en jiu-jitsu el abanico es casi infinito: sumisiones, transiciones, derribos, defensas, guardias, sistemas… Nunca se acaba. Y lo mejor: siempre puedes moverte de un sistema a otro según te apetezca o te interese, manteniendo la motivación y la progresión sin necesidad de especializarte de forma restrictiva. Además, puedes graduar la intensidad de la práctica dependiendo del compañero, de tu energía ese día o incluso de si tienes alguna lesión, lo que hace que puedas entrenar más y mejor sin comprometer tu salud.
Otra cosa que me sorprendió (para bien) es que se aprende mucho incluso fuera del tatami. Es el único deporte que he practicado en el que ver un vídeo en YouTube o un instruccional puede tener un impacto directo y real en tu rendimiento al día siguiente. Las skills son sencillas en términos motrices, y lo que marca la diferencia es el timing y la experiencia. Esto hace que el estudio fuera del tatami tenga muchísimo retorno, sobre todo si te gusta profundizar y construir tu juego de forma intencional.
Y luego está la comunidad. Hay algo en pelear cuerpo a cuerpo con alguien que genera confianza. Es raro, pero funciona. El ambiente en los clubes de BJJ es de los más sanos que me he encontrado. No es casualidad: si vas con respeto y construyes relaciones basadas en el cuidado mutuo, el aprendizaje es mucho más fluido. No se trata de ganar rondas, sino de expresar habilidades. Cuanto antes entiendas esto, más rápido progresarás… y más disfrutarás del camino.
Si te pica la curiosidad, te animo de verdad a que lo pruebes. Pero hazlo bien: mejora tu movilidad y tu fuerza, respeta a tus compañeros y, sobre todo, piensa en qué quieres trabajar antes de pisar el tatami.
Te cuento más sobre mi experiencia y sobre cómo progresar en este deporte en mi último vídeo de YouTube, que puedes ver haciendo clic aquí abajo: |