Cuando nació mi hija, mi vida dio un giro completo. De la noche a la mañana, tenía una pequeña personita que dependía al 100 % de mí y de mi pareja. Y con ello, mi tiempo disponible se redujo drásticamente.
Cada familia se organiza de manera diferente, y no voy a entrar en ese debate. Pero hay algo que todas las familias tienen en común: los imprevistos. Y con niños, estos se multiplican.
Antes, si quería entrenar, simplemente lo hacía. Ahora, cualquier plan podía venirse abajo en cuestión de segundos. Y al principio, lo reconozco, me frustraba.
Pero cuando acepté el cambio, todo mejoró.
Me di cuenta de que no ir al gym no significaba no entrenar ni dejar de progresar. Al contrario: entrenando en casa no solo mantuve mi nivel, sino que incluso mejoré. Aprendí a aprovechar cada hueco del día, a ser más eficiente y a adaptar mis sesiones sin agobios.
Con el tiempo, algo increíble sucedió. Mi hija empezó a imitarme. Primero con pequeños gestos, luego con movimientos más grandes. Y ahora, entrenamos juntos. Lo que empezó como una necesidad se convirtió en algo que nos une.
Si tienes hijos, no dejes que los imprevistos te alejen del entrenamiento. No siempre será perfecto, pero lo importante es moverte. Adapta, improvisa y, sobre todo, disfruta del proceso.
En Enso Movers, no solo te ayudamos a programar tu entrenamiento, sino que te enseñamos cómo modificarlo y adaptarlo a tu vida real, con sus imprevistos y cambios. Te acompañamos en este proceso para que alcances tus objetivos, sin importar las circunstancias.
Pablo Jurado |